Desde hoy despertaré con mis ojos dispuestos a ver más allá de lo que simplemente dicen las palabras. Volveré mi corazón hacia el de los demás y trataré de llenar sus zapatos para entender sus motivos y sus sentimientos. Jamás habré de juzgar a nadie sin antes saber lo que piensa y lo que siente.Y aún así, jamás habré de juzgar. Eso le corresponde a Dios.
Hoy empezaré a apreciar con más calma la puesta de sol y la luz brillante de un nuevo amanecer. Caminaré descalzo más seguido por la arena de la playa y me perderé afanosamente dentro del bosque más frondoso y verde que encuentre.
Pero hoy voy a cambiar…