Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, que sabe lo que hay que hacer y lo hace en menos tiempo del esperado.
Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus actos; la que no deja las soluciones al azar.
Me gusta la gente estricta con su gente y consigo misma, que no pierde de vista que somos humanos y que podemos equivocarnos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonados a la decisión de su jefe.
Me gusta la gente con criterio, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó; y la que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente: a éstos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideales se trata.
Me gusta la gente de garra, que entiende los obstáculos como un reto...
Con gente como ésta me comprometo a lo que sea, así no reciba retribución económica alguna. Con haber tenido a esa gente a mi lado, me doy por recompensado.
Tomado de la revista Enkasa, de Enka S. A. Febrero, 1996
No hay comentarios:
Publicar un comentario