Quiero hablar del amor...pero no del
amor juvenil, de ese amor arrebatado, inocente, nuevo, sino del amor
maduro...el que llega en la cuarta o quínta década.
Quizás a algunos les parezca ridículo o sin sentido,
pero
yo, que lo vivo, puedo afirmar que no.
yo, que lo vivo, puedo afirmar que no.
Los años nos enseñan y se viven... van pasando como las
hojas de un libro al que le damos vuelta y en el cual escribimos lo que sentimos, lo que soñamos, lo que deseamos...
Cuantas veces no hemos deseado para nuestros
adentros volver a sentir, pues se escapa de nuestras manos el almanaque y
cuando buscamos, algunos quizás sin encontrar o viendo espejismos y otros, unos
pocos, se encuentran a sí mismo.
Yo lo encontré, no imaginé que realmente
existiera; sí lo deseaba y lo soñaba, pero no lo buscaba; sabía dentro de mí
que la vida me daría el regalo de encontrarlo. Es que el amor es así, siempre
nos espera en alguna parte… con la condición de que no vayamos a buscarlo.
Cuatro décadas... y es un amor igual al juvenil: lleno
de magia, de ternura, de miedos, deseos y sentimientos fuertes, vivos y esperanzadores.
Es mi cómplice en la aventura, en nuestros retos y en los secretos. Con solo cerrar los ojos puedo sentir que está aqui, percibo su aroma, su sabor, su piel suave y tibia, y me impregno de su presencia en mi alrededor, en mi mente...
Y me rindo a su locura, me entrego a sus sueños...
Cuán grande es que me motiva a escribir y a seguir...
Que maravilloso es el amor y cuán fastástico es que
no es un sueño, no es inmaginación, no son solo lineas escritas por un alma
solitaria, son pedazos de un corazón enamorado...
Bonita entrada, Se feliz a toda costa. Me gustó. Y te devuelvo tu visita. :)
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario, James. Ya ves que también uso recursos de Bloger & Bloger. Suerte, Body.
Eliminar