Un día un hombre joven se situó en el centro
de un poblado y proclamó que él poseía el corazón
más hermoso de toda la comarca.
Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos
admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues no se
observaban en él ni cicatrices ni rasguños. Sí,
coincidieron todos que era el corazón más hermoso que hubían
visto.
Al verse admirado el joven se sintió más orgulloso
aún, y con mayor fervor aseguró poseer el corazón
más hermoso de todo el vasto lugar. De pronto un anciano se acercó y dijo: