Hoy me di
cuenta que lo que tanto temo, en realidad solo está en mi cabeza; que muchos de
los problemas que me atormentan están sobredimensionados. Me di cuenta que la
felicidad que anhelo no se encuentra en las cosas materiales que busco ni en el
reconocimiento personal que persigo; que es egoísta y mezquino no solo el que
no comparte sino también el que no valora a los demás.
Hoy me di
cuenta que me paso la mayor parte de mi tiempo lamentándome por las cosas que
no pude lograr, en lugar de dar gracias por las que sí he podido conseguir, que
muchas veces escondí la mano cuando alguien estiró la suya para pedir mi ayuda
sin saber que esa era la semilla de mi ayuda futura. Hoy me dí cuenta que el
amor que negué ayer me lo negarán a mí mañana…
Pero hoy me
di cuenta que aún no es tarde para ser feliz, que puedo disfrutar de caminar
descalzo en la arena de la playa de la mano de los que amo; que puedo reír más
y llorar menos. Que puedo abrazar más y más fuerte.
Hoy me di
cuenta que a los demás no les importa quién soy ni de dónde vengo: me aceptarán
tal cual me presente
Hoy me di
cuenta que puedo ser feliz sin importar lo que persiga.
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